Diminutos elocuentes

Me enamoré de mi lector Me entendía mejor que ningún personaje de mi cuento Me enamoré del aroma que dejaba por los rincones de mi relato De su forma de pasar las páginas Estoy viciada a ser la que provoca cada emoción Cada erizado de su piel a ritmo de mis palabras Siempre me cogía con cariño Notaba cómo conseguía acelerar su corazón a través de la pulsación de sus dedos contra mis tapas Me seguía en cada aventura sin importar el riesgo Me acomodaba sobre su vientre Me guardaba con mimo Le gustaba marcarme con una bonita flor Aunque siempre recordaba por dónde nos habíamos quedado El final de mi historia se acercaba y pronto me abandonaría pero no iba a dejar de visitarme Puntualmente se paseaba por mis páginas Pícaro, ya que jamás tuvo la intención de establecerse allí conmigo Y es que yo para ti no era más que un pasatiempo mientras que yo sin ti solo era...

Déjame mirarte hasta que se me derritan las pupilas. Déjame tenerte tan cerca que se me pegue tu olor. Déjame que te borre los labios. Deja que me mate en la curva de tus comisuras. Déjame caer por el precipicio de tus pestañas, hasta la luz de tus ojos. Déjame irme, pero déjame volver. Déjame adaptar mis dientes a tus medidas, a cada una de ellas. Deja que te busqué. Búscame, pero si algún día no me encuentras, deja que el tiempo cumpla su parte. Déjame curarte aunque (no) sea yo la que causa tus heridas.

Me enrabias el anima.  Me vacías de cariño, de amor y libertad   me llenas de ira  y de una soledad esclava.  Me haces delirar,  y es que cada vez llevo peor el síndrome de abstinencia,  las frías fiebres están haciendo mella en mí, no sé cuanto lograré aguantar.  La culpa la tienen tus lunares suspensivos  y adictivos  y la obsesión de mis labios por pegarse a ellos.  Mis ganas de devorarte comerte y morderte.  Tus ganas de secarme, hasta haberme arrugado,  para devolverle al agujero del que me sacaste, en el que no sabía lo bien que había estado  hasta que salí.  Me explotaste como una mafia  y yo ejecuté ese mismo término de una forma más...literal.  Arrasé con todo lo que habías hecho conmigo  y de mí no quedó ni el olvido.

Eres culpable, De mis idas y venidas. De mi flaca lucidez. Culpable de mis temores. Culpable de mis noches en vigilia. transcribiendo los gritos del alma. Culpable de incontables carcajadas. Culpable de mis altos vuelos. Culpable de mis retornos. De los cortes en mis labios. Culpable de mis dientes afilados en tu cuerpo. Culpable del volumen de mis mofletes sonrosados. Culpable del brillar de mis ojos Del derretir de mis pupilas. Culpable también del derrame de mi esencia  Culpable de mi vértigo y mis saltos al vacío  Culpable de mis pérdidas de dióxido. Culpable de mi patología Culpable. Una culpa sin sentenciar  que le echaremos a un desacertado color de carmín.

Dile a noviembre que se vaya Y dile también a mi autoestima que se venga arriba A mi corazón que se calle Dile a los nudos de mi garganta que se deshagan Dile a la vida que no la quiero Y a la muerte que impaciente espero Dile que se calle Que ya ha hecho bastante  Que cada vez que habla sube el pan Dile a las palabras que se vayan  Que ya no me sirven de nada  Diles a mis ojos que no vuelvan a abrirse Y a mi alma Que vuele libre Pero esta vez Para no volver Diles a todos que se vayan Que me dejen Espera, ¿No hay nadie verdad?

Cuando estoy contigo y no te beso Me llega un intenso aroma a océano Mi cerebro lo crea para mi Recordándome que tu marcha es mi deriva Un naufragio emocional Es un destierro del alma Es dejar que los salicornios campen a sus anchas por mi mente. Es quitarle la lluvia a la primavera Ni los cactus dan ya  flores Los pájaros emigraron desde el vuelo de mi cabeza Mis ramas sin hojas ya no les sirven de abrigo Mi boca no recorre tus constelaciones Se me ha apagado el Sol No es invierno y hace frío. Labios prohibidos.

Finjamos, finjamos no ser lo que somos, que todo es mentira, finjamos que nada nos duele. Dejemos volar nuestros cuerpos, son sólo un lastre preso del tiempo, volvamos a ser sólo esencia. Flotemos cual mota de polvo que confía ciegamente en el viento volvámonos ciegos, dejémonos ver con la mente, dejemos de lado toda materia excepto la inerte. Volvamos a ser como niños, volvamos al vientre, el origen de toda acción, inconscientes, estallen todos nuestros lastres, vivamos a merced de la vida con una salida frecuente. Seamos el uno del otro las ganas, las trabas, la vida y la muerte.

Tú y tu mirada cabrona a juego de tu afilada sonrisa, y es que me corta la respiración cada vez que se deja ver . Aparece de forma estelar siendo capaz de dejar en segundo lugar hasta la más grande luna. Es el arma blanca más letal. Si la invocáis...daos por muertos, no encontrareis una igual y creedme que os perseguirá la comparación. Está envenenada, crea dependencia y sólo tú conoces el antídoto. Jamás lo usaste conmigo, disfrutabas envenenándome una y otra vez, yo era un erizo emocional y tú me usaste de mascota, tardé demasiado en darme cuenta de qué lo que me mantenía con vida era lo que me estaba matando y es que me mantenías en la jaula de aislamiento, yo que sólo era libre en tus brazos.

Tengo todas las pruebas irrefutables, que me permiten demostrar con contundencia, que estás tan enganchado a mis labios, como yo a la profunda inmensidad de tus ojos, con la oscuridad que alcanza la mar nocturna me atraen de una manera incontrolable. Pero es cuando fijas tu mirada en mis ojos cuando más perdida me siento, caigo embelesada como en un hechizo, se me paraliza el cuerpo, pero es en ese preciso instante cuando tu mirada deja de retarme y comienza el descenso por mi rostro, hasta llegar a mis labios, siempre los observas con prudente admiración, y es qué tú nunca fuiste de los que se dejar llevar, siempre te gustó el control. Hasta que lo perdiste conmigo.

Me dueles en el alma. Eres esa llama que está cerca, que te calienta un día de frío, la misma que está cerca, y quema, que no te hace arder, pero te oscurece con su humo. Su luz es tu oscuridad. Su alegría es la tuya. Tu pena su justicia. Su indiferencia tu ruina.

Cada vez que una nota es abierta en este mi diario improvisado, mi corazón tiembla como resultado del gozo y la alegría que le produce el vacío abismal de una nueva historia, en la que le toca como siempre participar, y es que él siempre es una parte importante, esencial y lo sabe, bombea orgullo con firmeza y a toda velocidad pero el sueño es un enemigo al que no puede vencer una vez más le invade y por mucho que luche las necesidades básicas vencen al buen gusto.

Necesito perderme yo sola en algún lugar parecido a tus labios, esos color púrpura de los que desaparece la zona superior cuando te hago reír a carcajadas, los que se me insinúan sin llegar a pronunciarse, con los que establezco un complejo juego de correspondencia, los mismo que brillan bajo la luz solar cuando los cubre tu saliva, los que aún no conocen mi nombre pero ay de ti ese día, Porque todo esto sólo ocurre en mi cabeza mientras te observo disfrutar de la compañía, de tu gente, y tu me dasarmas sin oposición alguna con tus miradas furtivas.

(Propósito del día) Trátame como me merezco Tratarme como me merezco Trátate como te merezco Trataré de merecerte No me dejes caer Cae conmigo No quieras volver atrás Vuelve conmigo No me quieras si te vas No me quieras volver a ver Soy imposible de tratar No trates de que te quiera bien No trates de cambiarme No me ates, matame

Si fuera un mes sin duda, sería abril. Y es que parezco primavera, y cuando crees que comienzo a florecer; entonces lluevo, lluevo fuerte y me calmo, saco mi arcoiris, pero cuando piensas que vas a encontrar la olla de oro al final de este, vuelvo a caer, y lluevo  flojito, pero esta vez me alargo,  y duro más y mas tiempo. Tengo días preciosos pero lluevo, te calo los huesos y te encharco. Pronto llegará un mayo, que te seque a su sol, te haga florecer de verdad, y su viento te meza a un son que realmente te cure, y entoces me volverás a ver, de nuevo volverá a tu recuerdo mi olor, y sentirás lástima de mi, cada vez que sientas la hierba bajo tus pies, mojada.

Se conocieron en clase de cocina, eran  los alumnos más aventajados, pero un día dejaron de asistir cada vez que empezaban una receta quedaba  inacabada terminaban comiéndose el uno al otro, ella se convirtió en su receta favorita y él en la especialidad de la casa, lo que comenzó como un menú degustación, acabó con un banquete de perdices y un felices, para siempre.

¿Por qué no me quieres? le gritaba a la flor que bañaba en lágrimas  mientras la deshojaba.

El problema que tenía con las personas es que intentaban rellenar el amor que ella misma no se  tenía.

A los turistas de mi vida, que alguna vez habéis navegado por mis revueltas aguas, siempre agradeceré el tiempo compartido, haya sido más o menos breve, nunca leve. Aunque los viajes sean efímeros, todos dejan un algo eterno, experiencias cultivadas que con buen abono podrán dar fruto. Ardieron los puentes que nos unían y en algún momento nos cansamos de reconstruirlos. los vimos desplomarse mientras nuestros ojos iluminaban de impotencia a nuestros exhaustos cuerpos. Una vez más tocó aceptarlo, tampoco tú serías una persona definitiva en mi vida, sino sólo un viajante que exponía su arte pero cual circo, finalmente recogía sus pertenencias y continuaba con su vida nómada. Me sentía como un árbol de hoja caduca que  justo cuando sus hojas lucían  más bellas llegaba el viento y se convertían en huracán en sus ramas. A los turistas de mi vida.