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Mostrando entradas de octubre, 2015

El atardecer de tu mirada

 Es todo un arte  la parte del corazón que se comparte  al aprender a amarte y echarte de menos cada vez que te da por marcharte y maltratarme con tu ausencia  ¿Cómo te voy a olvidar  si te conocí en el atardecer  de tu mirada? sin tu presencia no hay perseidas que mirar ni Luna que observar Ellas se fueron a admirar te ya no custodian el cielo desde de que olieron tu pelo las tocaste con los dedos y se fueron tras de ti. Y desde ese momento fuiste mi tierra firme le diste hogar a un alma libre.

Ansiada libertad

Son esos ojos, los que rojos de llorar,             ya no saben a quien mirar sin miedo a conquistar através de aquel cristal roto, de lo poco que se mira tras de él, ada oculta y resulta que ese es el problema si no ofrece dificultad no vale la pena, vale el llanto que oculta detrás porque hay más que un cristal reluciente es un alma consciente un cerebro incipiente un niño no muy valiente el recipiente de las manías que todos los días ven en él, ay de aquel que no lo perdone por ser un simple torpe un pensamiento por o acorde con su edad, su condición o raza. Algo pasa , si cada vez que pasas no se te cae el alma a los pies, al darte cuenta de lo libre que es él encerrado y lo atado que estás tú sin un sólo candado.

Sólo quedan los cimientos

Pensar en despedidas inevitables,  mientras trascurren los días de mierda  querer llorar y no poder,  poder llorar y no querer. Días en los que por cualquier tontería  se te cae el mundo  encima,  mirar para arriba  y que no haya forma humana de ver  la cima Ocultar lágrimas, ocultar el llanto Llorar por  nada, llorar por tanto. Matar por verte Morir al verte Salir corriendo en la dirección opuesta a la correcta Añorar cada puesta de sol En la que apostábamos el corazón A ver quien quiere más A ver quien da más A ver que al darlo todo Te quedas sin nada Que se te vacía la mirada Si no te  mira, si no te llama Y así me quedé vacía Mientras me moría  por volver a perderme en tus brazos Mientras todo el mundo construía  su nueva vida sin contar conmigo Y es que a mi ya no me quedaban ladrillos Los malgasté,  quizás contigo,  quizás  conmigo,  quizás por mi Quizás sencillamente deba ser así