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Mostrando entradas de abril, 2015
Sencillamente bailamos Aquel día me hice de rogar, sabía que me estaría esperando, nervioso, ya casi desesperado. Yo entusiasmada llamé al timbre, él respondió con voz firme y decidida.  Subí con agilidad las empinadas escaleras, tembloroso abrió la puerta, me ofreció algo de beber y me enseño su casa, dejando para el final su acogedora habitación, con una espaciosa cama en el lateral derecho, no lo pude resistir y salté sobre ella, parecía tan confortable... Entre sonrisas le dije que olía a él.  Lentamente se me acercó, nuestro labios se llamaban, se buscaban nuestras miradas, y nuestras manos se atraían..., pero en un impulso me puse de pié y simplemente comencé a bailar, y él conmigo, y bailamos, bailamos hasta el amanecer, hasta desfallecer. Nos quedamos dormidos, y le volví a soñar. Cuando me desperté ya se había ido, pero su olor seguía allí, conmigo.