Diminutos elocuentes

La dualidad de un corazón Ventriculos independientes Que aman por separado Que compiten entre ellos Porque les siga la mente Un corazón Doblemente enamorado Un alma dividida Un corazón Congelado , ardiente

Y me besas Y me besas Me acercas a ti despacio Y me besas Y derrumbas Caparazón Coraza Y muros Y me besas Y mi corazón estalla Cómo pantano que rebosa Y me besas Y vas quitando uno a uno Los palitos que hacían de presa Y me besas Y devuelves a su lugar A todas esas lágrimas caídas Que lo harán una vez más Porque vienes y te vas .

Se voló la llama que iluminaba mi mirada Un frío día de verano Lluvia y tempestad En la noche el sol no seca los charcos Las goteras provocan daños irreparables El frío asola mi nariz Vuelve a invadirme la hostilidad.

Tengo en el pecho un volcán Que supura rabia y llanto Provocando grandes ríos de hostilidad Que a su paso no dejan más que desolación Queman sin piedad toda mi piel La misma que por ti ardía en deseos de pasión Tengo en el cerebro un laberinto Que recorren cada día los recuerdos de tu huida Silenciosa y traicionera Sutil, cobarde Tengo en la mirada una señal La oscuridad Fruto de un cuerpo vacío Carente de alma y esperanza Oigo a mi cuerpo Resquebrajarse en cada paso Avanzando cauteloso Ante la única salida posible Un salto En el que ojalá la gravedad actúe bien rápido Y termine esta tétrica función Sólo una vez representada Sin mérito , sin público, ni aplausos

El viento en la cara Cerrar los ojos Desaparecer Elevarse Eludiendo espacio y tiempo Sentir como el cuerpo se desvanece Inmateria Impalpable Intangibles Pero visibles Luz El brillo más intenso Cómo el palpitar de un corazón Herido, aunque una vez fue amado Y aún recuerda ese latir Enérgico, incesante Trágicamente, mágico .

El corazón da un vuelco Los ventrículos se obstruyen Dejando así la vida en un compromiso El pecho arde Y en la garganta Una burbuja de aire me presiona Un escalofrío me recorre Mis ojos anegados La mandíbula apretada Procurando mantenerme todavía de una pieza.