A los turistas de mi vida,
que alguna vez habéis navegado por mis revueltas aguas,
siempre agradeceré el tiempo compartido,
haya sido más o menos breve, nunca leve.
Aunque los viajes sean efímeros,
todos dejan un algo eterno,
experiencias cultivadas
que con buen abono podrán dar fruto.
Ardieron los puentes que nos unían
y en algún momento nos cansamos de reconstruirlos.
los vimos desplomarse
mientras nuestros ojos iluminaban de impotencia a nuestros exhaustos cuerpos.
Una vez más tocó aceptarlo,
tampoco tú serías una persona definitiva en mi vida,
sino sólo un viajante que exponía su arte
pero cual circo,
finalmente recogía sus pertenencias
y continuaba con su vida nómada.
Me sentía como un árbol de hoja caduca
que justo cuando sus hojas lucían más bellas
llegaba el viento y se convertían en huracán en sus ramas.
A los turistas de mi vida.
que alguna vez habéis navegado por mis revueltas aguas,
siempre agradeceré el tiempo compartido,
haya sido más o menos breve, nunca leve.
Aunque los viajes sean efímeros,
todos dejan un algo eterno,
experiencias cultivadas
que con buen abono podrán dar fruto.
Ardieron los puentes que nos unían
y en algún momento nos cansamos de reconstruirlos.
los vimos desplomarse
mientras nuestros ojos iluminaban de impotencia a nuestros exhaustos cuerpos.
Una vez más tocó aceptarlo,
tampoco tú serías una persona definitiva en mi vida,
sino sólo un viajante que exponía su arte
pero cual circo,
finalmente recogía sus pertenencias
y continuaba con su vida nómada.
Me sentía como un árbol de hoja caduca
que justo cuando sus hojas lucían más bellas
llegaba el viento y se convertían en huracán en sus ramas.
A los turistas de mi vida.
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