Son esos ojos, los que rojos de llorar, ya no saben a quien mirar sin miedo a conquistar através de aquel cristal roto, de lo poco que se mira tras de él, ada oculta y resulta que ese es el problema si no ofrece dificultad no vale la pena, vale el llanto que oculta detrás porque hay más que un cristal reluciente es un alma consciente un cerebro incipiente un niño no muy valiente el recipiente de las manías que todos los días ven en él, ay de aquel que no lo perdone por ser un simple torpe un pensamiento por o acorde con su edad, su condición o raza. Algo pasa , si cada vez que pasas no se te cae el alma a los pies, al darte cuenta de lo libre que es él encerrado y lo atado que estás tú sin un sólo candado.
Comentarios
Publicar un comentario